martes, noviembre 27, 2012

No es la salida del tunel

El túnel es del tamaño de nuestro miedo al túnel.

Si, me enteré de eso en cuanto el chico que transportaba y recolectaba medicamentos de todas las bandas transportadoras de esa monstruosa y monumental empresa me preguntaba:- Che, oime colombiano, ¿Como hago para que las mujeres me tomen en serio? todas creen que soy un fácil y se quieren acostar conmigo. Medite durante dos segundos esa frase, pero había meditado mas de medio minuto tratando de entender las palabras que conformaban la frase.

En ocasiones las frases son incomprensibles, por el acento, por la terminación en shhhh o por el léxico  He cocinado eso una y otra vez en las 24 subidas y bajadas de la pequeña escalera y en las aproximadas 34 veces que recorro los 80 metros que hay de lado a lado de la góndola.

Aplastado por un centelleante cielo blanco mortecino de los días sin noches, abatido por la quietud mecánica del movimiento continuo de la banda transportadora, ensordecido por el grito ronco de los objetos en que se lanzan al vacío caída libre hasta las "cubetitas"

Por el silencio sin ideas, por las palabras que no dicen, por los números que cantan en mi mente, por los zapatos negros de suela y punta dura, por el pantalón azul... mas que por mi condición de obrero, por mi condición de objeto.

El túnel se hacia angosto, otras veces bajo y en ocasiones hasta denso.

No hubiera atinado a dar una respuesta en el momento en que se me hizo esa pregunta, Atribuía mi lentitud a la mezcalina y  grumosa sustancia producida por el queso de las empanadas, la masa de las pizzas y la cobertura de las milanesas que entorpecía mis sinapsis cerebrales. Sentía como se adosaba a mi cráneo y me hacia gangoso, torpe, depresivo.

Depresivo, el peso de mis ideas sin ideas me terminaron por cortar la respiración en el tunel. Cuando no vi mas imágenes supe que estaba alli, en donde todos dicen que es el borde...

Dicen que los túneles tienen salida, pero no es de salidas de lo que escribo ahora. Es de como pude ensanchar la dimensión de mi camino. El giro que mi mente me propuso para virar el giro de la banda transportadora fue interesante y atrevido, por eso decido ahora jugar mis restos.

Ya encendí mi linterna.