miércoles, mayo 06, 2009

LA CULTURA MIO, UN NUEVO ACUERDO PARA VIVIR A CALI

“El gusano azul”, “el bus grande”, “el acordeón”, “el chorizo azul” son las maneras en que los caleños han denominado al SITM-MIO para poder hacerlo más suyo, para poder amarlo u odiarlo, para poder sentir algo por él, o por este, dependiendo de cómo lo viven.

El nombre es un elemento muy importante en la vida de los objetos y las personas, pues gracias a esta etiqueta podemos, valga la redundancia, nombrar y acordar entre nosotros eso a lo que nos estamos refiriendo. Generamos así una huella en nuestra memoria, que condensa una imagen, una palabra y el sentimiento generado por la primera aproximación a este objeto.

Si bien el nombre es importante, lo es también su uso, pues es la manera en que usamos al objeto, aquello que nos va permitiendo ir cambiando su significado y va enriqueciendo o empobreciendo ese sentimiento generado en la primera aproximación que tuvimos con este.

El MIO, nombrado en un concurso popular, se ha enraizado en el imaginario caleño y con su desarrollo durante su construcción, generó unos sentimientos en los ciudadanos que han desembocado en las maneras particulares de comportamiento que ahora en la operación han estado haciendo; en algunas ocasiones el sentido común ha conducido a los habitantes de la sultana del Valle a actuar de manera adecuada, y en otros casos la imprudencia cobra total vigor en el diario del ciudadano de Cali, que incluso ha puesto en juego su vida.

Más que un acto de sentido común, los usos convencionales que con los objetos debemos hacer, son acciones a las que los ciudadanos debemos acceder por la vía de la educación. La formación a la que debemos apuntar debe llevar a los caleños a la acción de unos nuevos usos que trasciendan los que hasta ahora hemos realizado en el sistema colectivo urbano, este proceso de educación que hemos llamado cultura MIO, es una apuesta por la construcción y la renovación de unos acuerdos para vivir a Cali en armonía.

Hacer una fila para adquirir una tarjeta, respetar una línea amarilla para abordar un bus, ceder los asientos a las personas que así lo requieren debido a su condición física, o no correr en una estación, no son solo reglas en el aíre y sin sentido. Son usos convencionales, son reglas de convivencia que han sido concertadas entre los ciudadanos para establecer los límites necesarios entre unos y otros, entre los caleños. Ciudadanos que trabajamos, vivimos, respiramos el deseo y el ímpetu constante de soñar la Cali que queremos, la Cali que podemos.

Las normas de la cultura MIO a las que hacemos referencia ahora y discutiremos en el futuro, son los usos que hemos convenido para el MIO, son las acciones que como caleños comprometidos hacemos por nuestra ciudad.