martes, septiembre 13, 2011

Elemental...son los elementales

Aun cuando el consumo de alcohol y drogas había cesado hacia varios años ya, aun cuando las personas la llamaran una rehabilitada, en su discurso diario  C no dejaba de hacer aparecer una alusión a su proceso, parecía casi una intención perpetua de ser victimizada.

- Quiero que te sientes en silencio, le dijo la doctora a C,  - Voy a poner esta vela y esta botella acá y voy a sentarme enfrente tuyo.

El recinto era sencillo, estaba adornado por algunas velas, unas cuantas reproducciones de pinturas de arte contemporáneo que representaban furia  azul  y una serena alfombra donde se acomodaron.

El silencio se hizo ley y unos instantes después, haciendo pausas entre sus palabras, la doctora añadió
- Mentalmente, vas a dar gracias por tu vida - esa"a" al final se alargaba como en un mantra - vas a dar gracias por el largo y penoso tratamiento que has tenido-. ..... - y ahora vas a estar en paz...

C, mentalmente iba imaginándose la tranquilidad de su agua  y se fue sumergiendo en esa acción liberadora de la oración secreta.  Si al principio fue difícil concentrarse, una vez estaba allí en la meditación de la oración se sentía como difuminada con el entorno, si...ella se sentía en paz.

Ella no volvió a reparar en su terapeuta, C no volvió a considerar el exterior sino hasta que sintió ese aroma. Abrió entonces los ojos e intentó en vano encontrar el origen de ese gradual y nauseabundo olor.
Será que esta doctora prendió algún menjurje, pensó C, e insistió en una búsqueda ahora  mas exhaustiva.
Ocurrió lo que mas temía, la búsqueda fue nuevamente infructuosa. Se armó de valor y le habló a su acompañante:

- Doctora, dijo C, - dooc-tora, dooc, huele eso...huele eso...huele como a azufre...como azufre del mismísimo volcan del infierno
- Si lo sé, yo no puedo olerlo, pero ya me dijo que se va...no te preocupes
- ¿Qué ya se-ee va ?¿quien se va?
- Tranquila C, ya se va...

La doctora adivinó la tensión y la ansiedad de C, ella sabía que no se necesitaba tener ningún don para reconocer ese rostro desencajado que C expresaba

- Ven C, acuéstate en esta camilla que tengo acá, Voy a hacer algo por ti.

C, se levantó con dificultad e hizo lo que su terapeuta le indicó. Luego sintió como un calor recorría su cuerpo, sentía como este se originaba en sus pies y rápidamente se iba extendiendo por todo su  cuerpo.

- Doctora, ¿escucha eso?
- Si C, eso si  lo puedo escuchar, ¿se oyen como pajaros cierto?
- Si, ¿que es?
- Son tus elementales... y son verdes...

El silenció entre estas dos mujeres se prolongó durante un rato mas....
- Descansa C...descansa

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