viernes, junio 25, 2010

Hechizo vudu


- Es la eterna manera de tomar decisiones, siempre más populistas que técnicas, decisiones que favorecen a un pequeño grupo y no a la mayoría…es como lo que pasa en Buenaventura…


El silencio luego de esa frase se hizo demasiado incomodo, en el salón de clase un par de miradas se lanzaron sobre mi pues no atinaban a creer que yo haya dicho eso, un par de compañeros escondieron sus caras entre sus manos y la mayoría hicieron el conocido “uhhhhhhhh”

Sonó una voz que provenía desde uno de los rincones del salón de clase ¿Qué es lo que pasa en Buenaventura?... ¿si, diga pues que es lo que pasa en Buenaventura?

Traté de iniciar una frase con algo de valentía, la verdad esa frase no venía de un rincón del salón, parecía más bien que provenía del mismísimo infierno - Pues vea usted- inicie yo - Yo no sé si usted es de Buenaventura, o si vive allá o trabaja, no lo sé… pero la verdad lo que ocurre allá es lo que ocurre en todo el valle del cauca…es reflejo de lo que ocurrió en las ultimas elecciones…

Era incoherente, yo no decía nada… esa voz era demasiado tenebrosa...me hacia imaginar los rituales a Kalima, recordaba a Indiana Jones en el templo de la perdición

KALIMAAAAAA, KALIMAAAAAAA, el corazón sangriento en la mano.....

- Pero, diga que fue lo que pasó en Buenaventura- inquirió nuevamente la voz-

Pues… la verdad,

No podía mas, debía decirlo.

- ¿Cómo puede ser posible que el alcalde de buenaventura haya permitido la llegada de casi 300 retroexcavadoras?, ¿cómo es posible que haya permitido el daño del rio y del ecosistema de esa manera?

Cogía mas impulso y las palabras se hacían mías

- Cuando eran 8 maquinas se hablaba de minería artesanal, pero ¡300 retroexcavadoras! ¿Cree usted que evitar la llegada de esa cantidad de maquinas no depende mas de una omisión propia de una “ decisión” populista que de una razón técnica y pensada.

Esos ojos no me miraban, me atravesaban, me volvían añicos. Esa mujer de tez negra temblaba de ira y yo me acobardaba, quería que alguien viniera en mi ayuda.

- La verdad lamento mucho si la he hecho sentir mal – continué diciendo

La cobardía ya se había apoderado de mi, era obvio que ella venia de allá, ¿pero por qué tanta molestia? A mi me dicen cosas sobre la alcaldía de Cali y no me pongo tan mal, ¿Qué pasaba?

- Pido disculpas si le he ofendido.

- Usted no puede hablar de lo que no sabe, ¡usted no está allá!

- No hace falta estar allá para saber lo que pasa – manifestó una voz auxiliadora

La mujer negra se puso de pie con energía, tomo su Black Berry y salió del salón lanzando frases incomprensibles al aire o quizás hechizos vudú

Unas cuantas miradas se volvieron sobre mi y solo una tuvo el valor para decírmelo- ¿Chavez estas loco? afuera está el guardaespaldas

Haciendo uso de el gesto y el tono mas despectivo de mi repertorio contesté - fijo y es la esposa de un traqueto o del dueño de varias de las retroexcavadoras-

- Chavez ¡ella es la primera dama de Buenaventura!

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